SALESIANOS ALTO HOSPICIO
LOS ÁLAMOS CON LOS AROMOS S/N
ALTO HOSPICIO
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En un ambiente de recogimiento y profunda espiritualidad, los funcionarios de la comunidad educativa pastoral del colegio Santo Domingo Savio de alto hospicio celebraron el Jueves Santo la emotiva liturgia del Servicio y la Sagrada Comunión, dando inicio al Triduo Pascual, el corazón del año litúrgico cristiano.
La celebración litúrgica presidida por el padre Juan Paredes, párroco de Nuestra Señora de la Paz. Comenzó con un sentido saludo inicial con la que nos invitó a reconocer la presencia de Jesús entre nosotros. Luego, se vivió un momento simbólico muy especial: el ingreso del sacerdote, quien fue revestido con los signos de su ministerio por representantes de distintos estamentos del colegio. El alba fue entregada por un profesor; la estola, por un miembro del equipo de auxiliares; y la casulla, por un representante del área de administración.
Posteriormente, se llevó a cabo un emotivo lavado de pies a doce funcionarios de diversas ares del establecimiento, representando a los apóstoles, mientras se proclamaba el Evangelio de San Juan 13, 1-15. El gesto, realizado con solemnidad, nos recordó que el verdadero amor cristiano se vive en el servicio a los demás.
La celebración continuó con la proclamación de la carta de San Pablo a los Corintios (1 Cor 11, 17-29), que nos invitó a valorar el misterio de la Cena del Señor. Luego, se presentó el pan y el jugo de uva, preparados cuidadosamente por la comunidad, en un gesto de comunión fraterna.
En un momento muy especial, se realizó la bendición y consagración del pan y del vino en una mesa dispuesta como el Cenáculo, con hogazas de pan, racimos de uvas, frutos secos y vasitos de jugo listos para ser compartidos. Así, todos los presentes pudieron participar del signo de comunión y unidad en torno al Cuerpo y la Sangre del Señor, fortaleciendo el sentido de comunidad y fe.
Esta celebración no solo nos ayudó a vivir con mayor profundidad el sentido del Jueves Santo, sino que también nos recordó que, como comunidad educativa salesiana, estamos llamados a ser signos del amor de Dios en medio del mundo, especialmente a través del servicio, la entrega y el compartir fraterno
